Combatamos los problemas. De nuestra acción depende que este año sea diferente.
En las primeras horas de este 2015 grandes
manchas de langostas volaron sobre Mérida.
Los daños que estos acrídidos causan en la ciudad son reducidos. Pero en el campo, donde la inmensa pobreza de la gente
hace que todo nuevo problema sea una calamidad, esta plaga es temida.
En esta región del país siempre está presente
la amenaza de esos voraces insectos voladores, también conocidos como
saltamontes y chapulines. Pero cuando se detecta su presencia y se le combate a
tiempo entonces el problema no se presenta.
Algo similar ocurre con los desastres
sociales, económicos y políticos que padecen la patria y esta región.
Nuestra
indiferencia cuando aquellos se incuban hace que estos crezcan y se conviertan en
manchas oscuras que nublan el panorama. Cuando alcanzan esa dimensión devoran
nuestra paz, acaban con la seguridad; la frondosa economía se convierte en
árbol seco, la pobreza se extiende en el campo y la ciudad; se minan la
convivencia y la solidaridad. Surge el miedo.
Nuestro futuro depende de nuestra acción. Hay
que actuar y participar. Ya no basta lanzar señalamientos desde nuestra hamaca.
Tenemos que dejar nuestra comodidad y combatir las plagas que dañan a nuestra
sociedad.
Actuemos a tiempo. Las mangas de voraces langostas
pueden crecer todavía más y llevarnos a una catástrofe mayor. En nuestras
manos, no en los políticos, está lograr que 2015 se distinto. (Mérida Cultura)
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